Hace instantes se notificó a las partes del fallo que en las últimas horas dictó el juez de instrucción 2, el Dr. Raúl Sahade, quien resolvió rechazar el requerimiento fiscal contra el ex intendente – hoy gobernador- Gustavo Melella y las empresas relacionadas a delitos en la obra pública.
Cabe recordar que la semana pasada se terminó de tomar las testimoniales a los 3 denunciantes, sobre los cuales el magistrado concluyó que no hubo “actos violentos por parte del sujeto activo o imposibilidad de resistencia”.
El abuso es “la concurrencia de actos violentos por parte del sujeto activo o la imposibilidad de resistencia física consciente de la víctima y su vencimiento”, asegurando que ello no se representó en ninguno de los 3 casos de los denunciantes.
En cuanto al testimonio del denunciante Lovera que habla de reiterados casos, el juez sostiene “difícilmente un hombre mayor de edad sin condicionamientos acude a un domicilio para mantener relaciones sexuales por segunda vez contra su voluntad”. “Ambos encuentros sexuales fueron consensuados”, sostuvo el juez en el hipotético caso.
No existe elemento objetivo que muestre tampoco “un abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, autoridad o poder”, “no existía relación de dependencia entre víctima e imputado”, concluyó.
Asimismo en los casos; Rivas y Suasnabar, quienes eran una especie de socios, el juez consideró “la libertad de autodeterminación sexual de una persona mayor no se vio vulnerada”.
En sus testimonios intentaron apuntar a “supuestos abusos por necesidad laboral, los hechos descriptos en ese modo no constituyen un abuso sexual”, señaló el juez, incluso yendo más lejos en relación al caso de Suasnabar que en la última declaración introdujo por primera vez en el caso un episodio de violencia.
Llamó la atención del juez que en la última testimonial la introducción por parte de Suasnabar de un supuesto episodio de violencia de parte de Melella en un sillón en una residencia particular, del cual no había hecho mención en 2 años anteriores de causa, “posee un único objetivo y es el de tergiversar su inicial declaración para construir un presupuesto normativo que lleve a la consumación de un supuesto abuso”,
En su versión inicial de que “existió un encuentro con Melella que quiso tener un encuentro sexual, y ante el avance lo frenó y este desistió de su deseo sexual. Ahora en la actualidad enarbola un sometimiento por la fuerza cuya mecánica resulta inverosímil”, rechazó el juez.
El juez por último desestimó el hipotético escenario del acoso sexual “no confundir con aquellos casos en que la presunta víctima acepta el trato sexual con el fin de escalar posiciones en su ámbito”, marcó Sahada en su fallo.
Más detalles “llamativos”
El juez en varias apostillas al final de su fallo consideró varios elementos más que le resultaron llamativos en el caso; un detalle fueron la ausencia de actuaciones judiciales de los denunciantes para reclamar “las deudas por obra pública” y un mensaje de WhatsApp de Rivas a Melella presionándolo a cobrar “difundiré a todos los medios de comunicación presentando pruebas de acoso”, citaba textualmente.
Finalmente el juez no dejó de mencionar el testimonio del ex chofer de Melella, Hugo Moya, quien el 31 de octubre de 2018 se hizo presente a declarar espontáneamente en esta causa.
“Esa misma tarde su hija C. M. M. se encontraba en la casa de Mazarello 272 a la espera de que le hagan entrega de las llaves de una vivienda”. El juez recordó que ante la presencia policial al tratarse de una casa de Gobierno, el testigo Moya se presentó a referir “su amigo Javier Eposto –por entonces secretario de Seguridad- autorizó a que su hija resida en el domicilio por lo que se le otorgó la llave”.
“Nada suceda por casualidad”, parafraseó a Platón, el juez Sahade en su escrito.