La Asociación Amigos del Reino Animal Fueguino (ARAF) denunció penalmente a los propietarios de un perro que murió de dolor atado a la intemperie, enfermo y sin poder moverse.
Los proteccionistas llegaron al domicilio ubicado en el barrio Felipe Varela ante un pedido de auxilio de un vecino que vio el estado en que se encontraba el can. “El escenario fue terrible, no podíamos creer lo que pasaba delante de nuestros ojos, el animal estaba agonizando casi dando sus últimos suspiros, la mirada tan profunda de dolor que capturaron nuestros ojos, quedará siempre marcada en nosotros, generando angustia, impotencia y bronca hacia los seres humanos”, relataron los voluntarios .
El animal se llamaba Atila, y sus tenedores explicaron a los proteccionistas que ya se encontraba transitando los últimos años de su vida y “era normal” que esté en esas condiciones lamentables, comentando que ese mismo día viernes habían decidido que el día lunes lo llevarían a Zoonosis.
Ante esta situación, las proteccionistas de ARAF que se acercaron en auxilio del animal, les explicaron que Zoonosis no se encarga de asistencias veterinarias, que el animal debía recibir amor, contención y principalmente cuidados intensivos por su estado, siendo lo más razonable que cuanto antes visitara a un médico veterinario, ya que no se podía esperar un segundo más.
“Nuevamente nos manifestaron que la falta de atención por su animal era por falta de recursos económicos y de transporte, a lo que recordamos las ayudas que brindamos a todo animal que lo necesite, tenga o no familia, siempre se prioriza el bienestar del mismo”.
Finalmente, las partes coordinaron que una integrante del ARAF haría el traslado de Atila junto a un responsable de la familia aunque la ayuda llegó tarde. “Lamentablemente al llegar ya no se podía hacer nada, en la gestión de rescatarlo, de calmar su dolor, terminar con la agonía tan lenta que lo consumía, Atila nos dejó, murió en esas condiciones, sin recibir sus últimas caricias y una palabra dulce que lo acompañara a partir, murió de la peor manera, cansado de aguantar tanto dolor”, contaron las voluntarias.
Con el patrocinio de la Dra. Eugenia Martinco, ARAF denunció penalmente a los propietarios del animal en la Comisaría Segunda por abandono, maltrato y crueldad y pidieron una necropsia sobre los restos de Atila para conocer fehacientemente las razones que ocasionaron la muerte del infortunado animal.