«No estamos aquí para aventuras», afirmó el ministro tras indicar que el Gobierno que comenzó ayer en Brasil trabaja para «restaurar» las cuentas públicas tras los cuatro años de Jair Bolsonaro en la Presidencia del país.
En su primer discurso como ministro de Hacienda, el exalcalde de San Pablo calificó de «absurdo» el pronóstico de un déficit primario de 220.000 millones de reales equivalente a US$ 41.190 millones, previsto en el presupuesto para el año en curso.
Indicó que trabajará para «reducir» ese déficit y asumió el desafío de presentar un marco fiscal creíble después de que el Congreso aprobara un paquete que aumenta el tope de gasto de Brasil para aumentar los gastos sociales.
También indicó que enviará al Congreso la propuesta de una nueva «ancla fiscal» para asegurar la sostenibilidad de la deuda pública y combatir así la inflación, según publicaron los portales de los diarios brasileños.
En declaraciones a los periodistas, indicó que Lula pidió que la decisión sobre la reanudación de los impuestos a los combustibles se defina cuando esté instalado el nuevo directorio de la petrolera estatal Petrobras.
Ayer, el flamante presidente planteó una exención de impuestos sobre los combustibles que de aplicarse tendría un impacto anual de 52.900 millones de reales, según estimó Haddad antes de asumir el cargo.
Haddad remarcó hoy que la armonización de la política fiscal y monetaria ocurriría «con seguridad»; que intentará democratizar el acceso al crédito y establecer un sistema tributario más transparente.