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Estados Unidos afirmó hoy no tener «ningún indicio» hasta ahora de que los tres objetos voladores derribados en los últimos días fueran de origen chino o tuvieran funciones de espionaje, mientras China instó a Washington a hacer una «investigación exhaustiva» tras denunciar una serie de incursiones en su espacio aéreo de supuestos globos estadounidenses.
Las relaciones entre el gigante asiático y EEUU se han crispado en las últimas semanas, luego de que el presidente estadounidense Joe Biden ordenara derribar el pasado 4 de febrero un objeto que el Pentágono calificó como un «globo espía chino».
Beijing reconoció ser dueño del globo, pero aseguró que se trata de un dispositivo meteorológico que se desvió de su trayectoria y acusó a Washington de sobreactuar, de uso innecesario de la fuerza armada.
Tras este primer incidente se derribaron otros tres objetos en América del Norte, pero de momento el Gobierno estadounidense no logró identificar su proveniencia, algo sin precedentes en años.
En el marco de esa polémica, la Casa Blanca aseguró hoy que no hay indicios de que los tres objetos voladores derribados el viernes sobre Alaska, el sábado sobre el Yukón, en el noroeste de Canadá, y el domingo sobre el norteño lago Hurón «fueran chinos o espías».
Las autoridades estadounidenses hasta ahora «no han visto ningún indicio ni nada que apunte específicamente a la idea de que estos tres objetos formaban parte del programa de globos espía de China o estaban involucrados en esfuerzos de recopilación de inteligencia externa», dijo a periodistas John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional.
Un informe del Pentágono enviado a los legisladores precisó que el objeto derribado el sábado en el espacio aéreo canadiense parecía ser un “pequeño globo metálico con una carga útil atada debajo”, según informó la cadena CNN.
Sin dar pruebas, China volvió acusar este martes a Washington de haber enviado cerca de 10 dispositivos voladores a su territorio desde el año pasado.
«Estados Unidos debería realizar una investigación muy exhaustiva y darle una explicación a China», aseguró el vocero de la Cancillería, Wang Wenbin.
Wang no entregó evidencias sobre las supuestas incursiones, pero dijo que comenzaron en mayo de 2022, pese a que anteriormente había informado que éstas debutaron en enero de ese año, reportó la agencia de noticias AFP.
Estas acusaciones fueron rechazadas la víspera por Kirby: «¡Eso no es cierto! ¡No hacemos eso!», declaró a la cadena MSNBC.
En tanto, desde Moscú, el Kremlin exhortó este martes a Washington a investigar la supuesta presencia de globos y otros objetos voladores no identificados en su espacio aéreo sin «culpar» a otros países.
El vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, exigió «precauciones» a la hora de tratar el tema, en un mensaje que extendió tanto al Gobierno de Biden como a la OTAN, ya que su secretario general, Jens Stoltenberg, apuntó hoy a Rusia al hablar de la creciente polémica.
Stoltenberg afirmó que la detección de presuntos aparatos de vigilancia en Estados Unidos forma «parte de un patrón» por el que China y Rusia «aumentan sus actividades de inteligencia y vigilancia contra aliados de la OTAN».
Para Peskov, este tipo de declaraciones confirman que la Alianza Atlántica es «hostil». Dicha organización, añadió, «se esfuerza cada día por dejar lo más claro posible su implicación en el conflicto de Ucrania», según consignó la agencia de noticias Interfax.