Un tribunal de Moscú condenó hoy al opositor ruso Vladimir Kara-Murza a 25 años de cárcel por hallarlo culpable de «alta traición» y de difundir «falsas informaciones» en el contexto de la guerra con Ucrania, una pena de extrema dureza que originó condenas de la ONU, EEUU, la UE y el Reino Unido, que mostró su indignación dado que el acusado tiene pasaporte británico, además del de su nacionalidad.
La pena pronunciada contra Kara-Murza, una de las últimas voces críticas contra el Kremlin que no estaba en la cárcel o exiliado, es la más dura impuesta a un opositor en la historia reciente del país.
Tras un juicio a puertas cerradas, el tribunal anunció que reconocía a Kara-Murza culpable de «alta traición», difusión de «falsas informaciones» sobre el ejército ruso y trabajo ilegal para una organización «indeseable», reseñó AFP.
El dirigente de 41 años fue condenado a una pena acumulada de 25 años de cárcel en una colonia penitenciaria en régimen severo, lo que implica unas condiciones de reclusión más estrictas, de acuerdo con un pedido en ese sentido hecho por la fiscalía.
El opositor, vestido con una camiseta negra y una chaqueta gris, sonrió brevemente al oír la condena desde la célula en la que se encontraba en el tribunal, e hizo gestos a sus seguidores para que le escribieran.
Una de sus abogadas, Maria Eismon, anunció que Kara-Murza iba a apelar, denunciando «violaciones burdas de procedimiento» durante el juicio, según informaron agencias de noticias rusas.
En sus últimas declaraciones el 10 de abril, el opositor dijo sentirse «orgulloso» de su compromiso político.
«No solo no me arrepiento de todo eso, sino que estoy orgulloso», dijo, según declaraciones publicadas por el periodista Alexei Venediktov.
«También sé que llegará un día en el que las tinieblas que cubren nuestro país se disiparán (…) cuando los que instigaron y provocaron esta guerra (en Ucrania) serán tachados de criminales, y no los que intentaron detenerla», agregó.
En detención provisional desde abril de 2022, Kara-Murza estuvo a punto de morir después de ser envenenado en dos ocasiones, en 2015 y 2017, según él, por orden del poder ruso.
Uno de sus abogados, Vadim Projorov, dijo que el opositor padece polineuropatía y patologías neuromusculares debido a estos dos envenenamientos.
Según la agencia de noticias rusa TASS, Kara-Murza, que fue declarado «agente del extranjero» por parte de las autoridades, fue acusado de «alta traición» por haber criticado al poder en intervenciones públicas en países occidentales.
El opositor instó en Estados Unidos, Europa y Canadá a adoptar sanciones contra responsables rusos por las graves violaciones de derechos humanos que cometieron.
Kara-Murza, ganador en 2022 del premio de derechos humanos Václav Havel que otorga el Consejo de Europa, también trabajó para la organización Open Russia del exoligarca en el exilio y detractor del Kremlin Mijaíl Jodorkovski, declarada «indeseable» por las autoridades rusas en 2017.
La acusación de difusión de «falsas informaciones» sobre el ejército se basa en una ley promulgada tras el inicio de la invasión a Ucrania, que permite reprimir cualquier información que las autoridades consideran falsa.
Prácticamente todos los opositores rusos han sido condenados a duras penas o han tenido que abandonar el país en estos últimos años.
El más conocido de ellos, el activista anticorrupción Alexei Navalny, fue encarcelado a principios de 2021 y condenado a nueve años de prisión por estafa. Fue detenido a su regreso a Rusia tras haber sufrido un envenenamiento que atribuyó al Kremlin.
Su abogado Vadim Kobzev expresó en abril su preocupación por la situación del opositor de 46 años que, según él, sufre una «enfermedad desconocida» y no está recibiendo atención médica.
Encarcelado desde hace dos años, Navalny calificó de «política» y «fascista» la condena a Kara-Murza.
«Considero que (el veredicto) es ilegal, desvergonzado, sencillamente fascista», dijo Navalny en un mensaje transmitido en redes sociales por su equipo.
La ONU, Alemania y el Reino Unido criticaron la decisión y pidieron la «liberación inmediata» del opositor.
Estados Unidos denunció una «campaña de represión creciente» y una condena por «motivos políticos», y la Unión Europea (UE) fustigó el «uso abusivo del poder judicial».
El Reino Unido rechazó también la condena y convocó al embajador ruso para expresar su preocupación por lo que calificó como la violación de los derechos humanos y la falta de un juicio justo en el caso de Kara-Murza.
Subrayó que dejará claro que el Reino Unido considera que la condena de Kara-Murza es contraria a las obligaciones internacionales de Rusia en materia de derechos humanos, incluido el derecho a un juicio justo.
El ministro de Relaciones Exteriores, James Cleverly, expresó en un comunicado su apoyo a Kara-Murza.
«Vladimir Kara-Murza denunció valientemente la invasión rusa de Ucrania por lo que era: una flagrante violación del derecho internacional y de la Carta de la ONU», dijo.
«La falta de compromiso de Rusia para proteger los derechos humanos fundamentales, incluida la libertad de expresión, es alarmante. Continuamos instando a Rusia a cumplir con sus obligaciones internacionales, incluido el derecho de Vladimir Kara-Murza a una atención médica adecuada», agregó el funcionario.