Massa tomó esta decisión después de un encuentro en el Palacio de Hacienda con líderes de la Confederación General del Trabajo (CGT), la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y autoridades de la Cámara de Diputados. Durante la reunión se aclaró que este nuevo umbral equivaldrá a 15 Salarios Mínimos Vitales y Móviles (SMVM), actualmente establecidos en $118.000.
En sus palabras ante los trabajadores, Massa afirmó: «Hemos tomado la decisión de, por decreto, impulsar desde el 1 de octubre un mínimo no imponible de $1.770.000. En la Argentina solo van a quedar 80.000 gerentes, jubilados de privilegio o beneficiarios de altos ingresos pagando el Impuesto a las Ganancias.»
Además, el ministro anunció su intención de enviar al Congreso un proyecto de ley para que el nuevo piso se ajuste de manera semestral, en línea con la evolución del SMVM, con el objetivo de mantener constante el porcentaje de trabajadores afectados por este gravamen.
Massa enfatizó su opinión sobre la naturaleza del salario: «Para mí, el salario no es ganancia. Es remuneración, el pago por el trabajo y esfuerzo que hace cada trabajador. Tenemos que terminar con esta locura de que un trabajador no quiera hacer horas extras para no perderla en el impuesto.»
El proyecto presentado por el ministro propone cambiar la nomenclatura del Impuesto a las Ganancias (cuarta categoría) a impuesto a los «Mayores Ingresos», y solo afectaría a alrededor de 80.000 contribuyentes, principalmente CEOs, gerentes, subgerentes y puestos calificados, así como jubilaciones y pensiones de privilegio, que representan menos del 1% del total de empleos registrados en el país.
El nuevo mínimo no imponible se ajustaría en enero y julio de cada año, según lo estipulado en el proyecto de ley, y mantendría el beneficio del 22% de zona desfavorable. Esta medida eliminaría distorsiones en las deducciones personales y generales, simplificando las cuestiones administrativas para los trabajadores.
Para ilustrar el impacto de esta medida, un trabajador en relación de dependencia con un salario bruto mensual de $800.000 vería un aumento significativo en su salario neto, pasando de $550.308 a $667.999, lo que representa un incremento del 21,4%.