El equipo de relevos argentino estaba compuesto por cuatro talentosos atletas: Tomás Mondino, de 18 años y nativo de Rafaela, Bautista Diamante, de 20 años, Juan Ignacio Ciampitti, de 23 y oriundo de Lincoln, y Franco Florio, de 23 años y originario de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Estos jóvenes deportistas demostraron un desempeño excepcional en su búsqueda de la medalla.
Previo a la emocionante final, el equipo argentino logró el segundo lugar en las semifinales con un tiempo de 39.53 segundos, quedando a +0.69 segundos de los ganadores brasileños.
Mientras el equipo masculino celebraba su éxito en la pista, el equipo femenino argentino en la misma categoría obtuvo el segundo lugar en las semifinales con un tiempo récord de 44.72 segundos, quedando a +0.38 segundos de Ecuador. Sin embargo, no pudieron participar en la final debido a la lesión de María Victoria Woodward, una velocista cordobesa de 31 años que sufrió un fuerte golpe al finalizar la carrera. Woodward fue retirada en camilla y trasladada a un centro médico en la ciudad chilena, después de perder el conocimiento durante unos momentos. La ausencia de una velocista suplente impidió que el equipo argentino compitiera en la final, donde el equipo cubano se llevó la medalla de oro.
Además, en otra competencia emocionante, los velocistas argentinos Diego Javier Lacamoire y José Zabala disputaron la final masculina de los 1500 metros. Lacamoire, un marplatense de 25 años, logró un tiempo de 3:40.67, quedando a +0.93 segundos del canadiense Charles Philibert-Thiboutot, quien se llevó el oro. Por su parte, Zabala, un cordobés de 24 años, logró un tiempo de 3:41.49. Ambos atletas argentinos demostraron su dedicación y esfuerzo en la competencia panamericana.