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La gesta de la «Scaloneta» en la final de la Copa del Mundo contra Francia en el estadio Lusail desencadenó una apoteósica movilización de fanáticos que abarrotaron las calles para recibir a los héroes de Qatar. Este acontecimiento masivo tuvo lugar en la ciudad de Buenos Aires, con el Obelisco como epicentro, y los alrededores del predio de la AFA en Ezeiza.
En reconocimiento a esta manifestación sin precedentes, la AFA propuso que el 20 de diciembre sea designado como el Día Nacional del Hincha Argentino, presentando un proyecto de ley en la Cámara de Diputados después de la propuesta del presidente Claudio «Chiqui» Tapia en una Asamblea el 23 de noviembre pasado.
Más allá del aspecto formal, la intención de la conducción del fútbol argentino es rendir homenaje «a todos aquellos que colmaron las calles con las banderas ‘albicelestes'» para celebrar la conquista de la tercera estrella.
La jornada, declarada como feriado nacional, inició con la icónica imagen de Lionel Messi amaneciendo con el trofeo de la Copa del Mundo. Después de varias horas de incertidumbre y confusión, el desfile de la «Scaloneta» salió de Ezeiza poco antes del mediodía, recorriendo las calles en un micro descapotable.
Aunque la intención era llegar al Obelisco, la caravana se vio obstaculizada por la imposibilidad de avanzar. Tras casi cinco horas de caravana, el plantel se dividió y varios grupos sobrevolaron la ciudad en helicópteros.
«Nos vimos impedidos de llegar al Obelisco; los mismos organismos de Seguridad que nos escoltaban no nos permitieron avanzar. Mil disculpas en nombre de todos los jugadores campeones», expresó «Chiqui» Tapia por la tarde.
Posteriormente, el plantel regresó al predio lleno de afecto, dispersándose los jugadores para reunirse con sus familias. A un año de ese día histórico, el país celebra con orgullo el primer Día Nacional del hincha argentino.
